Las malas lenguas

Curiosa es esa mente que achacada y con ojos sucios de un delineado viejo despierta veloz para ser maldad. ¡Qué cliché en los modos! Pensar que gente como vos vive del amor y aquella carne sólo cobija furia y rencor. Pero no temas cariño, el tiempo hace lo que el aire con mis flores. El sol y la lluvia juegan a la primavera y las alas con agua y luz se ensanchan y despliegan. Torbellino de noviembre te llevás el octubre que apenas vi y te revolcás sobre un lecho de fin de año que aún no amanece. Canta golondrina la victoria de los campos que avistamos juntas, silba el runtumburim de mi perspicacia y emborráchate en menta, ron y limón del jardín que crece en mi casa. Ven, acuéstate, no llores ni enloquezcas que aún eres joven. No hay maldad que el furioso amarillo no queme ni lenguas de serpientes que un cuchillo no corte. Vamos, algo florece y no es dolor. 

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