De qué va el deseo

He construido un jardín como quien hace 

los gestos correctos en el lugar errado.

Errado, no de error, sino de lugar otro,

como hablar con el reflejo del espejo

y no con quien se mira en él.

Diana Bellesi, "He construido un jardín"

Me pregunto de qué va el deseo. Existe un pedazo de carne que late sin parar y cuando lo hace fuerte, significa que todo está bien. No hay de qué preocuparse cuando un órgano vive plenamente, no hay por qué llorar y sin embargo, se llora. Suena trillado, de hecho casi que no quisiera nombrar la palabra placer pero lo cierto es que es la realitá; vamos a cambiarla por dolor, a veces tiene que doler un poco para que la vida se sienta y vibre.
Hace meses que leo muchas cosas sobre la relación intrínseca entre animales y plantas, la relación entre sociedad y paisaje. Mi amigo hermoso nombraría a la natura naturans en este momento. El jardín de Ramos está que explota de flores, nunca hubo tantas rosas y malvones en mi jardín; no sé que no floreció: algunas orquídeas, porque otras sí lo hicieron. Ayer me dijeron que "la primavera te da un empujón", es la amiga copiloto para segundear lo que sea: he construido un jardín.
Cuántas cosas revueltas y resolviéndose en una estación donde sale el sol y llueve. Sueños que comienzan en una ciudad que jamás fue visitada o sueños que concluyen en un viaje en colectivo con esa persona que tanto quisimos y que en el inconsciente, ya desconocemos. Los sueños parten del deseo, aún las cuasi pesadillas. Somos cuerpos deseantes, y cuando dormimos, también.

Venus pudorosa
Electrografía, 2012