Instrucciones para desnudar un cuerpo

I

Para desnudar un cuerpo hay que empezar por la coraza. Ésta consta de tres partes: inseguridad, miedo y orgullo. A la inseguridad se la combate con una mirada precisa, al miedo con una palabra que no huela a mentira, y al orgullo... para el orgullo se necesita magia.

Una vez fragmentada la coraza, dejar las partes en el piso. Dependerá de la persona si esas partecitas se guardan en compartimentos o quedan tiradas por ahí; yo recomiendo llevar siempre un bolso sin fondo para depositar lo que sea.
Habrá que tener cuidado con la piel, pues sin la coraza la sensibilidad es mayor y si los movimientos no son los correctos, un paso en falso habrá arruinado todo ese trabajo fino. 

Si el juego aún sigue en pie, proceder al contacto físico. Sin prisa, el infinito se siente infinito cuando nos olvidamos que el tiempo existe. A considerar: leer los ojos mientras estén abiertos. Es importante reconocer que quien sea que esté al lado nuestro, ya eligió estar al lado nuestro: no flaquear.

Si el beso llega recién ahora, no temer, avanzar. Es posible que el beso se concrete antes, cada par a su ritmo. Mientras más espontáneo sea, más real se sentirá. Evitar pensar o recurrir al pasado, privilegiar el aquí y ahora con la boca de turno. Prohibido olvidar que cada piel es una nueva oportunidad.

Con el beso es posible que un esqueleto o ambos quieran moverse. En ese caso, ir a más, dejarse llevar en los caminos sinuosos del deseo sin titubear. También es posible que no, que el beso sea el punto final. 


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Desnudar un cuerpo llevará horas, meses o incluso años. Se requiere paciencia.
Desnudar un cuerpo puede ser entendido de muchas formas, se trata de elegir y actuar.
Desnudar un cuerpo debe ser siempre placentero, si esto no ocurriese, abandonar la misión.

Desnudar un cuerpo podría resultar sencillo al fin y al cabo, el real hallazgo es cuando el desnudado no prefiera volver a vestirse después de todo.








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