La carpa

cuarentena ; escrito VII


Déjame, déjame, déjame
entrar en tu casa
ese sitio que huele a ti y es parte de mí.
Dónde te has ido muchacha de luz

vuelve, no te pierdas y te escapes
sin control.

Club del río, Es Natural


Cuando era niña me ponía de cara al sol y concentraba la vista por muchos minutos hasta verlo redondo. Mamá me había contado que lo hacía de chiquita y yo quería parecerme a mi mamá. Ella tiene los ojos celestes y es toda dulzura, cocina como nadie y es capaz de abrazar una casa infinita.
Armé una segunda carpa para Olivia. Este diario abierto, hace ya casi dos meses, propuso construir la propia fantasía en el espacio de encierro que estuviésemos habitando. Mi confinamiento vino con unas pequeñas luces de colores que dentro de poco, habrá que renovarles las pilas. En la carpa me olvido del tiempo y vuelvo a ser Belén de cara al sol, lo soy con Olivia cuando le cantamos el Feliz cumpleaños a los pajaritos de colores que viven entre las sábanas y los almohadones. Puedo tararear y bailar María Elena Walsh sin prejuicio alguno, sentirme como si todavía no tuviera ninguna década encima y hasta ser feliz. La palabra felicidad es enorme, las cosas que me pasan no pueden traducirse en fonemas que encuentran su lugar en el diccionario. Mamá dice que soy muy sensible e incluso, a veces, después de alguna conversación, se dirige a mí como florcita del campo de amapolas.
En esta publicación, después de tanto tiempo sin subir nada al blog, quería hablar de los pochoclos en yogurt bebible de frutilla, nombrar a cada uno de mis amigos hermosos, describir la sensación de correr en el Ateneo, los desayunos en el jardín, las fiestas con ponche...Tenía ganas de invitar al efecto fractal con las plantas y revelar algunos de los sueños en las noches de vigilia, mi otra fantasía.
A la derecha está montada la carpa multicolor y sin tiempo, en la boca sigo con la sensación del beso que me dio la mariposa ayer a las 8.06 pm cuando cerré la puerta del taller. Pienso que en la fantasía se vive mejor, Sebastián de La Sirenita dice que "bajo del mar se vive mejor" y me encantaría, realmente, sumergirme y estar en el agua, pero por ahora y hasta que todo esto pase, agacho la cabeza y me meto en la carpa.


La carpa, otoño 2020

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